sábado, 23 de noviembre de 2013

MAURICIO PÉREZ ABRIL: LEER, ESCRIBIR, PARTICIPAR: UN RETO PARA LA ESCUELA, UNA CONDICIÓN POLÍTICA

LECTURA Y ESCRITURA PARA LA DEMOCRACIA 



Mauricio Pérez Abril en su conferencia presentada en el congreso nacional de lectura FUNDALECTURA en 2004,  desarrolla una propuesta en torno a la tensión dada entre la escuela  y las prácticas culturales y sociales, a partir de  las condiciones que desde la escuela, a través de la lectura y la escritura,  puedan abordarse como prácticas socioculturales, y así mismo que se pueda hacer  posible el ejercicio de la ciudadanía y la consolidación de la democracia.
El autor plantea que se accede  a la lengua,  sin embargo, no acceder a través de ella , a la lectura y a la escritura, es una forma de exclusión, pues son lugares en donde se da la interacción social, la construcción de lazos, la vida de las instituciones.
Es frecuente que en diversos países, en declaraciones de los organismos internacionales aparezcan expresiones como crisis de lectura, iletrismo, fracaso en la alfabetización, pero también que aparezcan en los discursos y planes de desarrollo que la educación es para todos, para los excluidos, para las minorías. Los gobiernos no dejan de tener la esperanza frente a esta problemática. Sin embargo, el autor quiere ir más allá de esta esperanza y plantear una perspectiva que aborde la tensión entre lectura y escritura y las prácticas democráticas.
Las ideas que sirven de marco a esta perspectiva son:
-          La escritura y la lectura no son de acceso a todas las esferas sociales, por ello se piensa que las personas que no tienen acceso a estas prácticas no pueden tomar decisiones en torno a la democracia. De esta manera pensarse que  la escritura  y la lectura hacen parte del funcionamiento de la democracia, es pensar en que esto va más allá de la simple alfabetización para convertirse en un asunto político. Es decir, pensarse la escritura y la lectura, es pensar en  la posible  participación  de los ciudadanos en la construcción  de país.
-          De otro lado, está en manos de la escuela reducir o ampliar las diferencias que se imparten a través de las prácticas de lectura y escritura. Así que los docentes se enfrentan a un reto que supone dos condiciones: contar con una concepción didáctica que plantee el papel de la lectura y la escritura y contar con una política que establezca acuerdos entre el estado, la sociedad civil, la esfera cultural y el sector productivo, sobre el sentido de la lectura y la lectura como prácticas culturales y sociales.
Entonces  la perspectiva que el autor plantea consiste en partir de la concepción de lectura y escritura como prácticas culturales para desde allí reflexionar sobre  las condiciones pedagógicas y didácticas de la escuela que aporten a la consolidación de una política pública de lectura que se preocupe por la construcción de democracia y la ciudadanía.
Pérez Abril, retomando a Bajtin, precisa la relación que  establecemos, desde el nacimiento, con las prácticas culturales y sociales, es a través de ellas que nos apropiamos del mundo y le comenzamos a dar sentido. Son las palabras que permiten  se den  vínculos entre las personas,  es por eso que  leer y escribir se convierte en una manera de sobrevivir.  Sin embargo, cuando se llega a la  escuela se pierden el sentido de esas prácticas. ¿Por qué?.  Varias explicaciones se pueden dar. Inicialmente la intervención de las reglamentaciones curriculares se centra en la lectura como un fin en si mismo, es decir, se centra en la comprensión de lo que se lee, en la decodificación que sirve para demostrar que se leyó y que se sabe escribir. Por otro lado la evaluación estatal  de la escritura y la lectura apenas comienza a pensar el asunto desde una mirada discursiva y social. De igual manera, otra explicación que se le puede agregar, es la manera como se han aplicado las teorías del lenguaje (Lingüística, psicología, semiótica) a las didácticas que desarrollan  los docentes. Pareciera que el trabajo sobre lectura y escritura se va dando en torno a múltiples disciplinas y tendencias, pero ni desde el estado, ni desde la escuela, ni desde la academia hay discusión sobre  las pedagogías de la lectura y escritura, cosa que si pasa precisamente desde los planteamientos de las teorías del lenguaje.
Hace de igual manera necesaria una distinción en relación con el asunto de las competencias básicas de lectura y escritura vrs lo que significa la lectura y escritura como prácticas sociales y culturales. No cabe duda que adquirir las competencias básicas es necesario e indispensable para formar lectores competentes, pero no debe confundirse con la tarea de formas usuarios de la lectura y escritura que hagan parte efectiva de las prácticas culturales que ejerce la ciudadanía.

¿PERO CÓMO SE PUEDE AVANZAR HACIA ESTA PROPUESTA?
El autor plantea que en  esta  propuesta, como otras tantas que se han implementado,  las expectativas pueden superar la efectividad, pues las teorías que se aplican al igual que los  instrumentos que ingresan a la escuela por decisiones que no parten desde las necesidades de los implicados, terminan marcados por el sentido de quien los asigna. En esa medida  los efectos quedan a medio camino en relación con las expectativas generadas.
Un ejemplo muy claro se da con  los avances que se han dado en relación con la lingüística del texto, porque teniendo unas implicaciones importantes en la enseñanza de la lectura y escritura,   se convierte en una aplicación sin futuro, dado que  se pasa de enseñar el análisis de la oración al análisis del texto por fuera de las prácticas socioculturales, es decir un texto sin contexto.

Ahora, una buena forma de hacer aplicables estas  teoría es que estas problematicen las concepciones existentes. Una buena teoría gana sentido si la logramos valorar como alternativa porque hemos puesto en cuestión aquellas concepciones que guían la labor docente. En ese sentido lo anterior también está relacionado con la actitud investigativa, pues la idea es problematizar también  nuestro accionar como docentes y  las concepciones que se tienen. Hay que conocer las concepciones que subyacen en las experiencias para tomarlas y aplicarlas porque estas  están muy permeadas por los implicados, el contexto, sus historias personales y esto no es transferible. Entonces es importante que las iniciativas que se den en torno a la problemática de la lectura y escritura, se den desde   los docentes que  piensan y reflexionan en esta problemática de  modo permanente y sistemático, además aportando  sus experiencias.
Aunque este tipo de reflexiones no han tenido mucha acogida en Latinoamérica,  el autor considera que este planteamiento puede hacer  parte de las políticas y de una estrategia concreta. Una actitud investigativa en comunidades de docentes tal vez sea una vía más efectiva que la capacitación. Esta conduce a la actualización y formación permanente, pues, con una problemática planteada, es necesario buscar una salida.

CONTAR CON UN PROYECTO PEDAGÓGICO DE LECTURA Y ESCRITURA.

Tener un proyecto  de escritura y lectura en la escuela no solo es un asunto  de la organización de la enseñanza y el aprendizaje, es también tener una posición sobre el sentido del lenguaje, sobre lo que significa enseñar  y aprender, sobre el sentido de los verbos leer y escribir y su lugar en las prácticas sociales y en las políticas curriculares. También es de mucha importancia que  las propuestas de lectura estén orientadas desde alguna postura teórica.  Y que se tenga  en cuenta las expectativas e intereses de los implicados, en este caso se espera que los  estudiantes  den cuenta de los beneficios y los alcances de pertenecer a un mundo letrado. No se trata de tener sujetos alfabetizados sino sujetos que estén en capacidad de participar de una democracia.
El autor insiste que no solo se trata de tener un proyecto sistematizado que oriente el acceso a la lectura y escritura, se  trata ante todo de tener un proyecto político. La lectura y la escritura no deben ser fines sino medios para participar en las prácticas sociales y culturales. En esa medida este enfoque hará que se piense en secuencias de aprendizaje globales, que rompen con la atomización del trabajo curricular  que también permitirá un trabajo interdisciplinario.
Ahora el problema de este enfoque aparece cuando hay que definir el criterio para seleccionar aquellas prácticas relevantes en el marco del proyecto educativo de la escuela. Será necesario retomar prácticas institucionales en las que leer es decisivo para el ejercicio de la ciudadanía. Desde el punto de vista educativo, lo importante es que habremos pasado de una pedagogía orientada hacia la lectura como comprensión a una pedagogía en y para la participación.
Finalmente el autor dice que avanzar en la construcción de un política de lectura y escritura es establecer un dialogo y una reflexión sistemática amplia desde todos los estamentos implicados en la educación del país. En donde se le dé relevancia al lenguaje, la lectura y la escritura para la formación de ciudadanos, y así apoyar el proyecto de  país que se desea.


¿Qué   reflexión nos deja Pérez Abril?

Leída y  analizada la propuesta de Pérez Abril, nos queda que la reflexión planteada  en torno a la tensión dada entre la escuela y las prácticas sociales, se pueden solucionar a través de un proyecto que logre integrar las prácticas de lectura y escritura con las prácticas culturales  enfocadas al ejercicio de la ciudadanía y  de la democracia. Hay una palabra, que cabe rescatar y que está también muy de moda, “La inclusión”.  Saber leer y escribir es incluirse, es poder hacer parte de  la construcción del país que queremos.  Formar entonces desde la lectura y la escritura, es incluir,  es acceder a una esfera política en donde se piensa, no tiene cabida el ciudadano común.
Otro punto importante que destaca el autor y es la base de su propuesta, es la actitud investigativa por parte del docente. Teniendo en cuenta que somos  el pilar de la enseñanza y el aprendizaje  y  los responsables en gran parte de lo que se imparte en el aula de clase,  esta actitud en donde convergen la teoría y la práctica, puede ayudar a generar verdaderas políticas de lectura y escritura.   Directamente nos enfrentamos con las problemáticas educativas, convivimos y aprendemos de ella, entonces también podríamos dar herramientas para la solución.
Otro aspecto que se retoma en este congreso   tiene que ver con esa mirada sobre   el lenguaje como medio y no como fin. Otra tensión que se da en la escuela en relación con la lectura y la escritura, pues como lo plantea el autor, se está alfabetizando, se está enseñando a comprender y  a producir texto, olvidando que este no es el fin, sino que debe ser el medio para hacer que los estudiantes sean verdaderos “usuarios” de la lectura y la escritura.  Usuarios que hagan uso de estas prácticas en un contexto real, en un contexto de vida.  Y justo aquí es donde se puede tomar como ejemplo como se llevan prácticas de lectura y escritura que solo tienen que ver con la lingüística del texto. Se enseñanza el texto y sus componentes, pero no lo que subyace en él con relación a las prácticas sociales, se desdibuja le verdadero sentido del texto como un medio para acceder a otras esferas fuera del contexto escolar.
Finalmente, es interesante esta propuesta que esboza el autor en este congreso en la medida en que apunta al planteamiento de una posible solución de las problemáticas en torno al déficit de las habilidades de lectura y escritura que tienen los estudiantes. Dado que es un  planteamiento que vas más allá del trabajo en el aula,  éste apunta hacia la institucionalización de políticas de lectura y de lectura que parten  de la misma experiencia  y actitud investigativa del docente. Sin embargo, también es un llamado a que todos, principalmente el estado se involucre en esta transformación.

                                                     MARÍA DEL PILAR VALENCIA PÉREZ 



1 comentario:

  1. Una reseña en la que se muestra el interés e impacto que te generó la lectura de esta ponencia. Es importante que, cuando se reseñan textos se den las fuentes.
    Bien, encuentro algunas afirmaciones que me parece que deben ser aclaradas:
    - "El autor plantea que el no acceso a la lengua y a través de ella, a la lectura y a la escritura". Esta es incongruente con los planteamientos del autor: No se trata del acceso a toda la lengua, es hacia el lenguaje escrito. Dejarlo así tan general, es fácil de negar: desde que nacemos tenemos acceso a la lengua oral, por ejemplo.

    - "Un ejemplo muy claro se da con el análisis del texto desde la lingüística, pues se convierte en una aplicación sin futuro, se pasa de enseñar el análisis de la oración al análisis del texto". No entiendo muy bien. El análisi del texto desde la lingüistica es un objeto múltiple lo que origina las diversas perspectivas lingüísticas. Exactamente ¿a qué te refieres? No se si quieres decir, que no hay futuro en reemplazar el análisis de la oración por el análisis de textos desde categorías de la linguística textual.

    - "Tener un proyecto de escritura y lectura en la escuela no solo es un asunto de la didáctica, de la organización de la enseñanza y el aprendizaje, es también tener una posición sobre el sentido del lenguaje, sobre lo que significa enseñar y aprender, sobre el sentido de los verbos leer y escribir y su lugar en las prácticas sociales y en las políticas curriculares. También es de mucha importancia que las propuestas de lectura estén orientadas desde alguna postura teórica". Entonces, ¿con la didáctica solo tiene que ver la organización de la enseñanza y el aprendizaje? Lo que significa enseñar y aprender, las políticas curriculares, las posiciones teóricas miradas desde la escuela, no hacen parte de la didáctica? ¿Cómo entiendes este concepto?

    Ojo con la concordancia singular plural, por ejemplo: "... iniciativas que se den en torno a la problemática de la lectura y escritura se dé desde de los docentes"

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